Hace muchos, muchos años,
me hice amigo de una sirena.Tenía el pelo de coral y sólo conocía
la lengua de las algas.

Ella me invitó a su casa.
Compré un traje de buzo
y descendimos las corrientes del mar.

Su casa era una cueva entre acantilados.
Tenía una cama de piedra,
una estufa de aguas turbulentas
y la campana de un naufragio.

Hice amistad con pulpos y medusas,
y conversaba con los peces
mientras ella regresaba
después de cantarle a los marinos,
y de la mano recorríamos
los jardines del mar.

Pero un día se me acabó el aire,
-¡Me ahogo! -le dije
Salí a la superficie.
Nos abrazamos con tristeza.
No podía vivir más en su cueva.

Ahora, cuando escucho el canto de sirenas
en medio de la noche,
saco un remo y navego hasta su isla.
1 comentario:
hola mónica!!...me alegra ver que te encanta el mundo mágico de las sirenas..a mi también me gustan, aunque mi gran pasión son los delfines...los adoro..soy de Tenerife, por lo tanto ya sabes cómo nos gusta aquí el mar...puesto que eres isleña como yo..un beso y seguiré visitando tu blog..besos!!
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